
Glenn Close es una actriz consagrada, de mucha experiencia y de gran carácter,
que desde 1982 sus actuaciones le han valido para ser nominada al Oscar en 6 ocasiones, más la de este 2019 por su papel en The Wife, pero como ocurrió con Leo DiCaprio,
la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas se ha tardado demasiado en
reconocerla al negarle obtener el prestigiado premio de mejor actriz o actriz
de reparto ¿sucederá que otra vez pierda y en esta ocasión frente a la mexicana
Yalitza Aparicio?
Esta vez me di el chance de ver el filme: La Buena Esposa
(The Wife). Sin ser un especialista en cine, crítico o reseñista, noté que su
personaje de Joan Castleman es más profundo y distinto al de esa abogada obsesiva de Atracción Fatal (1987), al de la vicepresidenta timorata de Air
Force One (1997) o al de esa excéntrica malvada de 101 Dálmatas (1996, 2000); Glenn
Close trabaja bastante bien su papel como La Esposa
de un presuntuoso escritor, del tipo Octavio Paz o Enrique Krauze; los pasajes
de su biodrama proyectan al espectador claroscuros surgidos del optimismo, del
romanticismo, de la sumisión y del conformismo, que el personaje autojustifica con
la idea de mantener por encima de todo la estabilidad matrimonial, sin embargo,
cuando el marido escritor gana el Nobel de Literatura, lo que debería ser un
momento de gozo se convierte en una catarsis. La estima de La Esposa se resquebraja
y emergen los cuestionamientos que ponen en entredicho su autorrealización, los
hechos permiten deducir que el éxito del marido es directamente proporcional al
sacrificio personal y profesional de ella.

En conclusión. Aunque la producción y la edición no
ayudan a que Close intérprete la dualidad de su personaje como joven compañera y
luego esposa madura, considero que su personaje es mucho más protagónico que el
personaje de Yalitza y si fuera mi decisión, esta vez Glenn Close debería ser
premiada por primera vez con un Oscar.
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